Los hematomas y las lesiones
(Figuras 2 y 3)
Los hematomas son la pérdida de sangre de vasos sanguíneos lesionados hacia los tejidos musculares adyacentes. Pueden producirse por un golpe físico de un palo o una piedra, por el cuerno de otro animal, por algún saliente metálico, o por una caída. Se pueden presentar en cualquier momento durante el manejo, el transporte, el encierro en los corrales o el aturdimiento. Los hematomas pueden variar desde los leves (aproximadamente 10 centímetros de diámetro) y superficiales, hasta los grandes y severos que involucran toda una extremidad, partes de la canal, o hasta la canal entera. La carne con hematomas supone una pérdida ya que no es apta como alimento porque:
- No es aceptada por el consumidor;
- No se puede usar en la preparación de carnes procesadas;
- Se descompone y se daña rápidamente, ya que la carne ensangrentada es un medio ideal para el crecimiento de bacterias contaminantes;
- Por los anteriores motivos debe ser decomisada durante la inspección.
El hematoma es una causa común de desperdicio de carne, pero se puede reducir significativamente su incidencia siguiendo las técnicas apropiadas de manejo, transporte y sacrificio.
Las lesiones (Figura 4), como los huesos rotos y los músculos desgarrados y hemorrágicos, causados durante el manejo, el transporte y el encierro en los corrales, reducen considerablemente el valor de la canal porque las partes lesionadas, o en casos extremos la totalidad de la canal, no se pueden utilizar como alimento y deben decomisarse. De presentarse una infección bacteriana secundaria en las heridas, ello puede ocasionar la formación de abscesos y septicemia, comprometiendo así a toda la canal.
B. Calidad de pieles y cueros
Las pieles y cueros tienen el mayor valor de todos los productos del animal sacrificado, con la excepción de la canal. Esto es especialmente cierto en cuanto a las pieles del ganado vacuno, pequeños rumiantes y avestruces. En el caso de los cerdos y las aves, la piel forma parte de la carne comestible.
Se pueden aprovechar únicamente las pieles no lesionadas y correctamente tratadas. El manejo correcto de estos elementos es importante pues para contar con un producto valioso. Los descuidos que ocasionan lesiones en pieles y cueros resultan en grandes pérdidas para la industria.
Los cueros y pieles del ganado sacrificado (Figura 5) pueden ser dañados por el mal manejo y trato de los animales de las siguientes formas:
1. Antes del sacrificio:
- Marcado indiscriminado;
- Lesiones causadas por espinas, látigos, palos, alambres de púas y cuernos;
- Instalaciones de manejo inadecuadas;
- Vehículos de transporte mal diseñados y construidos.
2. Durante el sacrificio:
- Dejando que el animal se altere y se lesione;
- Pegando al animal o forzándolo al suelo;
- Arrastrando el cuerpo vivo o muerto del animal por el piso.
Una mayor atención al bienestar del animal durante el transporte y el manejo mejorará el valor de estos subproductos.

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